En la sociedad actual, la pornografía se ha infiltrado en la vida cotidiana de millones de personas, presentándose como un escape momentáneo o una fuente rápida de gratificación.
Sin embargo, detrás de esta fachada aparentemente inofensiva, se esconde una fuerza destructiva que corrompe los cimientos del diseño original de Dios para la sexualidad y las relaciones humanas.
En este artículo, exploraremos cómo la pornografía no solo distorsiona nuestra comprensión del sexo, sino que también amenaza con destruir nuestras relaciones, afectar nuestra salud mental y física, y erosionar nuestra vida espiritual.
Es crucial que como cristianos comprendamos la gravedad de esta adicción y busquemos en la Palabra de Dios la guía y la redención que necesitamos para vivir en pureza y plenitud, tal como Él lo ha planeado para nosotros.
Así que te animo a que leas este artículo hasta el final, pues podría ser una herramienta de libertad para tu alma.
¿Estás listo? Empecemos.
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1). La pornografía distorsiona la sexualidad y el sexo
El sexo es una maravillosa idea que Dios tuvo al crearnos.
Y lo creó de tal manera que la actividad sexual libera neuroquímicos en nuestro cerebro, como la dopamina y la oxitocina.
La dopamina nos hace sentir bien, y la oxitocina crea lazos afectivos.
Por eso, cuando las personas mantienen relaciones sexuales, se conectan física, emocional y relacionalmente.
El diseño original que Dios le dio al sexo incluye tres propósitos principales: procreación, unidad y placer.
Primero, la procreación es uno de los mandamientos explícitos dados a la humanidad en Génesis 1:28.
Este mandato destaca la importancia del sexo en el contexto de traer nueva vida y continuar la creación de Dios.
Claro, esto tampoco es una excusa para traer hijos al mundo de manera irresponsable para hacerlos sufrir.
Segundo, el sexo es un medio para la unidad matrimonial.
Cuando Dios dice que el hombre y la mujer “serán una sola carne” (Gn. 2:24), está describiendo una unión física y espiritual.
Dicha unión es un reflejo de la relación entre Cristo y la iglesia, como se describe en Efesios 5:31-32.
Tercero, el placer es una parte legítima y bendecida del sexo dentro del matrimonio, y permite que las parejas casadas disfruten del placer como un regalo de Dios.
Goza de la vida con la mujer que amas todos los días de tu vida fugaz que Él te ha dado bajo el sol, todos los días de tu vanidad. Porque esta es tu parte en la vida y en el trabajo con que te afanas bajo el sol. (Ec. 9:9)
Estés casado o no, Dios ha puesto en ti el deseo sexual de forma natural al crearte.
Sin embargo, lo que hacemos con estos deseos es importante.
Como y cuándo los satisfacemos, también es importante.
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Sin embargo, la pornografía cambia totalmente la cosmovisión del sexo diseñado por Dios, y te dice que debes tener placer personal sin compartir una unión y compromiso con otra persona.
Porque el placer que brinda la pornografía es egoísta.
Para nada ejemplifica la unión que Dios provoca en una pareja mediante la unión sexual.
Por otro lado, la pornografía distorsiona profundamente el diseño de Dios para la sexualidad al cosificar y deshumanizar a las personas.
En lugar de ver a los individuos como seres creados a imagen de Dios, con dignidad y valor intrínsecos (Gn. 1:27), la pornografía los reduce a meros objetos de gratificación sexual.
Porque cuando una persona consume, pornografía se está entrenando a sí misma para ver a otros no como objetos de amor, sino como objetos de deseo.
Lo que es directamente diferente al mandato bíblico de amar a nuestro prójimo como nosotros mismos (Mt. 22:39).
2). La pornografía destruye tu vida matrimonial
Esto debes saberlo desde tu etapa de soltero.
Cuando una persona recurre a la pornografía, está creando una separación emocional y espiritual en su relación con su cónyuge.
En Mateo 5:28, Jesús enseña: “Pero yo digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla ya adulteró con ella en su corazón”.
Subrayando así que la infidelidad no es solo un acto físico, sino también una actitud del corazón.
Cuando algunas personas que consumen pornografía pierden el deseo sexual hacia su cónyuge, lo terminan reemplazando por deseos y excitaciones mediante estímulos artificiales.
Esto lleva a una falta de intimidad física en el matrimonio, lo que a su vez genera resentimiento, inseguridad y mayor separación emocional.
Imagina los sentimientos que tendría tu cónyuge al descubrir que te existas viendo a otros cuerpos en lugar del suyo.
Incluso se puede sentir insignificante en los momentos de intimidad por no tener el atractivo físico de las personas en los videos, y por no provocar todo el placer que encuentras en el contenido que consumes.
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3). La pornografía te destruye física y emocionalmente
La pornografía que consume una persona activa los circuitos de recompensa del cerebro, particularmente a través de la liberación de dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer y la motivación.
Además, el consumo de contenido pornográfico ha sido relacionado con problemas de aprendizaje y pérdidas de memoria, tal y como puso de manifiesto un estudio realizado por el Centro de Psicología del Ciclo Vital de Berlín en 2014.
Según esta investigación, el consumo excesivo de pornografía afecta el volumen de materia gris del lóbulo derecho del cerebro, donde se alberga tejido neuronal relacionado con la inteligencia.
Sergio Oliveros Calvo, psiquiatra y director del Grupo Doctor Oliveros, explica que la disminución de la actividad frontal y otras alteraciones cerebrales, provocan disminución del rendimiento cognitivo por dificultad para mantener la atención, concentrarse o memorizar.
La exposición a la pornografía en una edad temprana puede influir negativamente en la formación de la identidad sexual, las actitudes hacia el sexo y las relaciones.
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También, entre los efectos adversos que causa la pornografía, tenemos algunos que incluyen:
a. Baja autoestima
Al compararte con los cuerpos casi perfectos y los actos poco realistas de las imágenes y películas pornográficas, puedes sentirte insignificante y que nunca darás la talla como hombre o mujer.
b. Ansiedad y depresión
Después de un atracón de pornografía, siempre llega, en aquellos que entienden que esto es pecado ante Dios, un momento de vergüenza y culpa por lo cometido.
¿Has sentido que te sientes basura y que jamás serás perdonado?
Pues ese es un estado de depresión que luego le acompaña la ansiedad de ver si Dios te sigue o no.
c. Distorsión de las expectativas sexuales
A menudo la pornografía presenta actos sexuales extremos y violentos, como dando a entender que las personas a toda hora desean sexo, y que se tiene que ser violento con ellos o ellas.
Esto puede hacerte entender que siempre debes ser violento ante un acto sexual, y tratar a la otra persona como si fuera tu esclavo o esclavo.
d. Aislamiento social
La adicción a la pornografía puede llevarte al extremo de elegir aislarte de los demás para pasar horas complaciendo tus deseos, en lugar de salir a vivir una vida social con personas reales.
Terminas viendo complicado el establecer relaciones con personas reales, y eliges las relaciones artificiales que te brindan gratificación inmediata.
4). La pornografía destruye tu vida espiritual
Puedes llegar a pensar, como lo hacen algunos, que como la Biblia no dice nada sobre la pornografía, pues no es pecado.
Y tienes razón.
La Biblia no habla, desde Génesis hasta Apocalipsis, nada sobre la pornografía.
Y eso no quiere decir que la pornografía sea buena para tu vida.
Al contrario.
La Biblia nos enseña ciertos parámetros que nos llevan a comprender que la pornografía es pecado delante de Dios.
Empezando por lo que dice Mateo 5:28: “Pero Yo les digo que todo el que mire a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio con ella en su corazón”.
Es decir que, el estándar de pureza que Dios ha establecido incluye ahora todas las cosas que se generan en nuestros sentidos, emociones y sentimientos.
Por lo tanto, la pornografía en ti produce muchos sentimientos que alimentan tu lujuria, y es lo que te lleva a pecar contra Dios.
¿O me vas a negar que no deseas ser el hombre o la mujer que ves en los videos pornográficos?
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Finalmente, el consumo repetido de pornografía puede llevarte a un endurecimiento del corazón y eso, volverte insensible a la convicción de pecado.
Así que no vayas a sorprenderte si en algún momento llegas a consumir pornografía sin el menor remordimiento de conciencia por el pecado que estás cometiendo.
En conclusión
La pornografía es una amenaza silenciosa que va mucho más allá de lo que la cultura popular podría hacernos creer.
A lo largo de este artículo, hemos visto cómo distorsiona profundamente el diseño original de Dios para la sexualidad, deshumaniza a las personas, y destruye tanto la vida matrimonial como la individual.
Sus efectos no solo se limitan al ámbito físico o emocional, sino que también afectan gravemente nuestra vida espiritual, endureciendo nuestro corazón y alejándonos de la pureza y la intimidad con Dios.
La buena noticia es que, sin importar cuán profundo sea el daño, la gracia de Dios es más poderosa.
Si has caído en la trampa de la pornografía, recuerda que no estás solo, y que la restauración es posible.
Dios nos llama a la santidad y nos ofrece la fuerza y la gracia necesarias para romper con cualquier adicción.
Y bueno, hasta aquí hemos llegado al final de este artículo. Espero que haya sido de mucha bendición para tu vida.
No vayas a irte sin dejar tu opinión abajo en los comentarios, y sin compartir este artículo en todas tus redes sociales.
Dios te guarde.
¡Vuelve pronto!