4 Principios básicos para un noviazgo cristiano de éxito

Temas cristianos para jóvenes como este hay muchos. Seguramente hasta el cansancio te han hablado sobre cómo elegir pareja.

Pero nunca está demás tener todos los consejos posibles para no meter la pata al momento de tu elección.

Debo aclarar que este no es un artículo sobre consejos de seducción o tips para hablar con la persona que te gusta.

Esa parte debes prepararla tú, enfrentando tus retos y miedos para conquistar a la mujer o al hombre de tu vida.

Sin embargo, debes tener en cuenta estos principios básicos para un noviazgo cristiano de éxito.

Saltarte uno de ellos podría llenar tu vida de amargura y dolor.

Así que espero puedas leer por completo este artículo. Pues es uno de los temas cristianos para jóvenes más necesitados en nuestros tiempos.

¿Quieres seguir leyendo? Pues empecemos.

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Aclaraciones previas

Si eres de los que cree que en algún momento de forma mística se abrirá la venta de tu habitación, escucharás voces de coro, y entrará por ella la persona por la que tanto has pedido, y la voz de Dios te dirá: «Esta persona es para ti, cásate con ella».

Te aseguro que morirás esperando este suceso y nunca lo experimentarás.

Ahora, no es que no crea que Dios no pueda darte señales muy claras con respecto a tu pareja.

De hecho, creo en un Dios que puede hacer cosas maravillosas como esta. Y hasta conozco a personas que se han casado porque Dios les dio señal directa de la persona indicada.

Pero créeme, son muy pocos en el mundo los que han experimentado casos como el ejemplo que te doy.

Sin embargo, Dios nos ha provisto en la Biblia las señales más claras que podamos encontrar para tener en cuenta al momento de elegir una pareja romántica.

¿Quieres conocer estas señales?

Continua leyendo y descubre estos 4 principios maravillosos que si los pones en práctica correctamente, terminarás casándote con una persona conforme al corazón de Dios.

1.- Tiene que compartir tu fe

Dios, desde el principio de la creación, es un ser que ha vivido muy interesado en el matrimonio y la unión de una pareja.

Tal es así que la Biblia inicia con la historia de una pareja (Adán y Eva) y termina con la unión de otra (Jesús y la Iglesia).

Esto sin lugar a duda nos muestra lo interesado que Dios está en que tú seas feliz al lado de una persona ideal.

Ahora, para efectos de este tema, tomaremos como base bíblica la historia del momento en el que Abraham busca esposa para Isaac.

Y para este primer principio, leamos lo que dice Génesis 24:3-4:

Y te haré jurar por el Señor, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás mujer para mi hijo de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito; sino que irás a mi tierra y a mis parientes, y tomarás mujer para mi hijo Isaac. (LBLA)

Igual que todo el mundo, debes tener muy en claro lo que en los versículos que leímos se nos dice.

Seguramente hasta cansado debes estar de oírlo por todos lados.

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Pero aun así, es necesario volver a hablar repetidamente del yugo desigual.

Quizá te olvidaste o estas haciendo como que nunca escuchaste hablar de ello.

Y perdón que te lo repita.

Pero sucede que hoy los jóvenes se han hecho de oídos sordos a este tema. Y como no encuentran aún pareja dentro de la iglesia, van y la buscan fuera de ella.

¿Cual es la excusa típica? Yo lo convierto a Cristo.

Créeme, nunca está de más recordar que si tomas por pareja a alguien que no comparte tu fe, tendrás una vida llena de dolores y sufrimiento.

Y si crees que lo convertirás, pues te estás arriesgando a que tú te conviertas a él o ella (Jer. 15:19).

Porque es más fácil que alguien te jale a que tú intentes levantarlo.

Así que, por más atractivo que veas en esa persona, es mucho más importante las profundidades de su alma que su cuerpo.

Ten cuidado de los tipos de yugo desigual que existen dentro y fuera de la iglesia.

Una pareja que no va en la misma dirección que tú, podría ser fatal y terminaría arruinando tu vida para siempre.

2.- Tus padres tienen que formar parte de tu elección

Las parejas evangélicas de hoy en día han tomado una costumbres que resultan ser muy dolorosas.

En el momento no suelen percatarse del error. Pero cuando vienen tiempos en los que cada uno saca sus garras y se enfrascan en una batalla, es ahí donde se lamentan no haber hecho partícipe de su elección de pareja a sus padres.

Como ejemplo de lo que te hablo, quiero que leas este caso muy hoy en día.

Roberto es un joven de 27 años de edad que mantuvo una relación romántica por 2 años sin que sus padres lo supieran.

El día en que ellos se enteraron que su hijo tenía novia, fue un mes antes de que Roberto se casara con Angélica.

Tristemente, dos años después de haberse casado, Roberto tiene que lidiar con una mujer muy celosa, manipuladora e improductiva —dice él.

Ahora, no estoy dando por sentado que todas las mujeres u hombres sean así de malos.

Hay algunos (pocos) casos en el que personas cristianas se casaron sin comunicar a sus padres, y gracias a Dios viven vidas tranquilas.

Pero esto no es suficiente sustento como para que tengas un noviazgo cristiano a escondidas de tus progenitores.

Ellos, aunque no lo creas, están dotados de la experiencia suficiente para poder aconsejarte en tu elección.

Tienen la fórmula secreta para decirte si esa persona es correcta para ti o no.

Y no te quieras excusar diciendo que porque tu padre o tu madre no son cristianos no les harás partícipes de tu elección.

Sin embargo, sean o no sean cristianos, ellos jamás van a querer algo malo para ti (Ef. 6:2). Así que no los dejes fuera.

Considera la opinión de ellos. Pues tus padres han vivido cosas que tú aún no. Y tienen la autoridad para decirte qué conductas de la otra persona no son correctas. (Gn. 24:67)

Un consejo más

El que hagas partícipe a tus padres de tu elección de pareja, no quiere decir que no hagas partícipe también a tus pastores.

Pues tus padres espirituales también tienen la capacidad como para evitar que te equivoques al momento de elegir pareja.

Además de que honrar a nuestros pastores es una forma de honrar a Dios (Heb. 13:17).

Y con todo esto, jamás debes dejar de orar al Señor.

Pues en algunas ocasiones los padres o pastores pueden darte consejos guiados por sus emociones carnales.

¡Se prudente!

3.- Tienes que guardar tu pureza

Espero no golpear tu lado más frágil al momento de darte este principio fundamental para un noviazgo cristiano de éxito.

La joven era muy hermosa, virgen, ningún hombre la había conocido; bajó ella a la fuente, llenó su cántaro y subió. (Gn. 24:16 - LBLA)

A decir verdad, lo más importante no es la pureza física (virginidad), sino la pureza espiritual.

Pero tu virginidad es el regalo más preciado que le puedes obsequiar a quien amas la primera noche después de casarte.

Es por eso que debes aprender a guardar tu pureza.

Porque te ha sido dada por Dios para ser cuidada como quien protege un tesoro a punta de espada.

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Existen momentos en los que me pregunto: ¿por qué Dios permite que nuestra sexualidad se active mucho antes de habernos casado? ¿No sería mejor si se activara la primera noche de intimidad con nuestro cónyuge?

Y termino dándome cuenta que Dios permite que nuestra sexualidad se comporte de esa manera, para que aprendamos a conservarla con celo, soportando las tentaciones sexuales, para que nuestra virginidad sea el regalo más preciado para nuestro cónyuge.

Ahora, no es mi deseo perturbarte si es que ya no eres virgen.

Como dije líneas arriba, la pureza física no es lo más importante, sino la espiritual.

En otras palabras.

Creo en un Dios que es capaz de considerar pureza en una persona después de que esta se ha rendido a sus pies (2 Co. 5:17).

No que Dios considere a alguien santo después del arrepentimiento.

Sino que un hombre o mujer que perdió su virginidad, es restaurado al punto de que ante los ojos de Dios, esa persona tiene el mismo valor que alguien que se ha guardado en castidad.

Con todo esto, jamás está demás recalcar la gran importancia de mantenerse puros hasta el día del matrimonio.

4.- Tienes que tener una dote para entregar

Uno de mis grandes miedos en mi época de soltería era no poder sostener económicamente a mi futura pareja.

No es que el dinero sea imprescindible para un noviazgo cristiano, pero si es necesario.

El día en que por tus propios medios puedas invitar a cenar o ir al cine a tu pareja, ese día será cuando estés listo para una relación.

Y el siervo sacó objetos de plata, objetos de oro y vestidos, y se los dio a Rebeca; dio también cosas preciosas a su hermano y a su madre. (Gn. 24:53)

Como ya te dije líneas antes: "El dinero no es imprescindible en una excelente relación de pareja".

Pero llega a ser necesario cuando tienes deseos de sorprender a la persona que te gusta con detalles, sorpresas, etc.

Cosas de menor importancia, pero requeridas para mantener el romance entre ambos.

En cambio, lo que puedo notar en la actualidad, es que algunos jóvenes y adolescentes sostienen los gastos de su noviazgo a costa de sus padres.

¿Qué quiere decir esto? Que no hay un nivel de madurez completo aun.

Que pueden comenzar a vivir juntos, pero se les haría un problema trabajar para sostener un hogar.

Y con esto no quiero decir que tanto el hombre como la mujer deben tener una fortuna para poder ser novios y casarse.

Sino que al menos deben tener la suficiente independencia paterna como para hacerse cargo de las cosas necesarias en una relación u hogar.

Esto para nada es un argumento en contra del dinero o a favor de la pobreza.

En conclusión

Dios está muy interesado en que compartas tu vida al lado de quien tú elijas amar.

Él te ha dado todas las armas necesarias para que puedas evitar errores al momento de hacer tu elección.

Y estos 4 principios básicos que hemos estudiado hoy, deben ser tu ancla para iniciar un noviazgo cristiano exitoso.

Por lo tanto, si te sirve de ayuda, puedes venir a leer este post las veces que desees.

Siempre es bueno recordar información importante.

Además, si crees que ese artículo puede ayudar a otras personas, comparte con ellas en todas tus redes sociales.

Y si tienes alguna opinión sobre el tema, házmelo saber abajo en los comentarios.

Dios te guarde.

¡Vuelve pronto!